Introducción a la encuesta

El deseo nos inclina al otro y acerca a la diferencia. Aquello que no somos y nos gustaría ser, eso que no tenemos y anhelamos tener, áquel que queremos y deseamos. Ese otro que está en nuestro entorno y que casi somos.

Me interesa plantear esta experiencia en esta mesa porque muestra en sí misma como una experiencia sencilla: la expresión del deseo íntimo, personal, experimentada en diversos contextos urbanos y culturales, constituye grupos de deseos distintos y similares.  ¿Hasta dónde lo público y lo privado son grados de una misma identidad?

El espacio público urbano es un campo de intersubjetividades, una de ellas es el deseo del espacio común. Las ciudades ordenan, determinan a los deseos, pero a su vez las ciudades son producto de campos de deseos.  Hay pulsiones históricas, tendencias culturales que crean los sistemas de valoración. No hay manera de no ser parte de una educación y un contexto social. Lo que experimenté desde la vivencia misma de realizar esta labor. Cada ciudad expresó mucho de su condición social en el uso del espacio público y la participación de los ciudadanos en esta experiencia íntima de pedir un deseo. Desde la práctica misma, se hizo notoria la concepción de espacio público y privado de los habitantes en su manera de participar, tanto como en sus deseos, al participar de un ejercicio que vinculaba el espacio íntimo del deseo con el lugar común y público. Esto es claro en los extremos de La Habana, que no tiene un sentido muy fuerte de privacidad, frente a Buenos Aires que no tiende tanto a recurrir a la calle como espacio de identidad e intecambio social.

En la realización de este proyecto en el espacio urbano también se observó que el miedo, el deseo de seguridad, limita la posibilidad de otros deseos, e incluso,  en los hechos, impidió su expresión en esta obra.  Por lo que se buscaron estrategias y escenarios de seguridad: El anonimato garantizó la libertad de expresión ante el miedo de una represión política en La Habana, así como el parque del Planetario en Bogotá favorecía, por estar vigilado, la participación ciudadana.

También de las estrategias prácticas quiero destacar la de el uso de parques y jardines como principal lugar de trabajo, pues es necesario encontrar un público con tiempo y una actitud relajada y disponible para participar. El uso de espacios de transporte colectivo, que implican tiempos vacíos de espera, también facilita la interacción. Varias ocasiones tuve que rebasar el espacio de la calle, para mantener la representatividad de las encuestas, lo que me llevó a trabajar con grupos específicos en sus lugares de reunión, como fueron los que conformaban personas mayores, madres comunitarias, grupos académicos, laborales, etcétera.

¿Qué es el deseo?...lo que se desea, y ¿qué desea la gente? 

Se desea lo que no se tiene a la vez que se valora como algo positivo. Los deseos más repetidos de cada ciudad son resultado de una carencia obvia, como la violencia, el aislamiento y el desempleo, por lo que se valora la paz, el viaje, y el trabajo, en Bogotá, La Habana y Buenos Aires, así como la felicidad, en la ciudad de  México, y el reconocimiento social en Caracas. De lo que se deduce que en esta ciudad estamos deprimidos, no somos felices- No me extraña, las largas jornadas, que incluyen desplazamientos por el trabajo de hasta 4 horas diarias en transporte público, junto a las horas de embrutecimiento mediático, pues el cuerpo no d para más, sin duda son motivos de apatía y tristeza. Claro que a la vez se demuestra que la  felicidad es un valor.

Lo que es común en todas las ciudades son los considerables deseos de amor, familia, y bienestar social. Se descubren sistemas de valoración que se consideran positivos, que en su totalidad buscan un futuro mejor en muy distintos niveles. Los objetos del deseo son los mismos para todos, en el fondo hay pocos deseos que se expresan con algunas variables, pero cambian sus proporciones en algunos objetos.

Para todas las ciudades las condiciones geográficas, económicas, históricas y políticas, condicionan los deseos. Hay cosas que todos comparten pero varían los grados. Culturalmente, por ejemplo, todos los latinoamericanos valoran mucho a la familia. El origen común católico puede influir en esto. El deseo de amor es otro denominador común importante, destacando el caso de La Habana, en que hasta los grupos de mayor edad lo mantienen. Por otro lado, las 5 encuestas tienden a un equilibrio entre la cantidad de deseos para sí y la de deseos para/con los otros, siendo Buenos Aires la que mejor lo consigue.

También hay en menor proporción deseos  extraordinarios, divertidos, utópicos e imposibles, los más imaginativos se dan entre la edad de 25 a 35 años. La edad, el momento existencial del deseante, marca la pauta fundamental de todos los participantes. Sin embargo hay deseos que destacan en cualquier edad.

Los valores culturales se expresan hasta en los deseos fantásticos, pues en cada ciudad se repite más alguno. En la ciudad de México y en Caracas se desea volar, en La Habana no envejecer, en Bogotá conocer a Dios en persona, y en Buenos Aires no casí se expresan deseos imposibles…eso se hace en la terapia.

PORCENTUALMENTE LOS TRES PRINCIPALES OBJETOS DE DESEO EN CADA CIUDAD SON:

CIUDAD DE MEXICO:
SER FAMILIA HACER-TRABAJO

BOGOTÁ:
FAMILIA TENER TRABAJO
LA HABANA:
FAMILIA TENER HACER-AMOR

BUENOS AIRES:
HACER MUNDO FAMILIA

CARACAS:
SER FAMILIA MUNDO


Se reconocen las repeticiones continentales del deseo. Las identidades que desean un futuro mejor para sí y para con los otros. El deseo común es un campo importante de nuestras intersubjetividades. Es mucho más liberador y creativo reunirnos en torno a nuestras proyecciones a futuro que sobre el peso de una historia de vencedores y vencidos. Es cierto que en los deseos se reconoce ese condicionamiento histórico, y varios otros, pero también se distingue una pulsión por ser mejor, por hacer mejor, por amor , por los nuestros, por el mundo. Casi no hay deseos negativos, tres de venganza entre 20,000 reunidos hasta ahora. Este proyecto reúne la energía de cerca de  10,000 personas que han invertido su deseo en este BID alternativo. Que tiene la idea que la ampliación del deseo multiplica las posibilidades del porvenir.